Ya estamos aqui

Hola a todas todos, ya sé que sufristéis mucho por mi ausencia en unas vacaciones merecidas y nunca del todo aprovechadas. Pero quitaros ya el pañuelo de la boca y dejar de tirar toda esa agua por los ojos. Estoy aquí de nuevo, después de un pequeño viaje (en coche), pero con un libro más sobre mi cabeza, "Ponche de ácido lisérgico" de Tom Wolfe. Así que ahora voy a soltar un par de chorradas sobre este libro, que no porque sean chorradas debéis dejar de interesaros por él.

A lo que iba, el libro es una locura total, contada desde una perspectiva curiosa, un periodista que haya investigando sobre la vida de una panda de chiflados, en especial Ken Kesey, autor de "Alguien voló sobre el nido del cuco", y de cómo esta panda de "Alegres Bromistas" introdujeron la moda del consumo de LSD allá por los años 60 en yanquilandia. Lo que te encuentras al ir pasando las páginas y sobreponerte al embrollo inicial de nombres e historia americana, es una lección de historia real que te engancha, sólo por ver cómo la liaron unos acabados para revolucionar el panorama jipi en la época. Por lo menos a mí me entretuvo viendo la vida en Estados Unidos desde el punto de vista de esos chalados viajando en un autubús chapucero y pintarrajeado estrambóticamente. Y luego las descripciones de los buenos y malos viajes de LSD y de cómo "abrían" las mentes de quién lo probaba,es realmente de las cosas más interesantes en el libro. Mientras la tenencia de marihuana estaba penado con cárcel el LSD no, bueno LSD y otras drogas del ramo que ahora no recuerdo. Llegas a tener verdadera curiosidad por ver qué te haría el ponche de LSD en una de las fiestas de los alegres bromistas y los "Grateful Dead". Quizá se hace un poco largo, sobre todo al principio y parte del final, y quizá pesa que toda esa historia americana nos queda, aún con el cine jollivudiense, bastante lejana. Pero cuando menos vale para acercarte un poco a esa "contracultura" de locura y vida en comuna. Increíble la parte en la que se juntan los Ángeles del Infierno con los Alegres Bromistas.




Nada más por hoy, pero prometo continuar la historia de la Fábrica