Edificios anónimos, mar de fondo y un marco para saber en qué lugar se está. El pasar de la gente, el moverse una y otra vez e insistir en ello; jugando a ser, sin ver el lugar en donde está. Es parte de lo que se puede observar desde una terraza anónima. Al final uno se gira y se descubre ante sí, encerrado y triplicado, quién está realmente enjaulado?. El lugar donde estoy es una incógnita, que se divierte a la espera de resolverse, pero hoy no hay solución.
miércoles, junio 18, 2008
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