Chucho entra a una farmacia y le dice al propietario que él adivina lo que los clientes van a comprar desde que entran por la puerta.
- Eso es imposible, si me convence lo contrato.
Un niño entra a la farmacia y el dueño le pregunta a Chucho:
- ¿Qué comprará ese niño?
- Una aspirina.
Para sorpresa del dueño, el niño compra una aspirina.
- Eso fue pura suerte, y ahora ¿qué comprará ese viejito que viene entrando?
- Un reconstituyente.
El viejito pide un reconstituyente y el dueño no sale de su asombro.
- Si adivinas otra vez estás contratado. A ver, y esa señorita que viene entrando, ¿qué comprará?
- Una caja de tampones.
La señorita pide una caja de supositorios.
- ¡Ja!, perdiste -le dijo el dueño al "adivino".
- Sí, pero por dos centímetros!
miércoles, julio 15, 2009
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