En la sala de un consultorio veterinario se encuentran dos perros:
Un hermoso pastor alemán y un doberman, igualmente grande y bello.
El pastor le pregunta al doberman:
¿Por qué estás aquí?
Bueno, a mí me van a sacrificar...
Ah, caray! ¿Y por qué?
Bueno, el caso es que le mordí la manita a la bebita de mi dueño.
Oye, ese no es motivo... ¿no te pueden perdonar?
Lo que pasa es que la bebita tiene tres meses y casi le arranqué la mano.
¡No chinges! ¿Por qué hiciste eso?
No sé, simplemente sentí ganas de hacerlo....
Pero dime, ¿por qué estás tú aquí?
Bueno, lo mío fue también cuestión de ganas:
Me estaba bañando con mi dueño, él se agachó para recoger el jabón y no me aguante las ganas.... me fui por detrás, lo sujeté con mis patas y me lo atore.
¡¡Aaaaaay, no jodas, cabrón!! ¡¡Segurito que a ti también te van a sacrificar!!
Nooop! a mí solo me van a cortar las uñitas.
Recien llegado al correo electronico
viernes, mayo 22, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 Voces del pueblo:
Publicar un comentario