Ya estamos aqui

Hace ya un tiempo que tenía pendiente comentar el documental The Cove. No sé si llamarlo naturalista, pero ,en definitiva, la orientación evidente que tiene es la defensa por los cetáceos y su sobreexplotación.

Lo que me llamó primero la atención de este documental es la publicidad que tuvo al ganar el Óscar. Sí, igual es un poco triste, pero tampoco estoy pendiente del mundillo de los documentales. De todos modos algo más había leído sobre él, lo suficiente como para querer verlo sin saber realmente de que iba (Hay que dejar espacio para la sorpresa).

Bueno dejando las tonterías previas, hablemos del documental en sí. Un pueblo de Japón (Taiji) está plagada de imágenes, esculturas, museos y demás cosas que os imagineis sobre el tema de los cetáceos, ballenitas, delfincitos,... Parece que los aman y los quieren con locura, la locura que he comprobado que tienen en Japón por lo insospechado. Sin embargo nada más lejos de la realidad, en Taiji se lleva a cabo sistemáticamente una masacre de delfines, todos los años. Los delfines en su paso migratorio habitual (pardillos como ellos solos) pasan por aguas próximas a Taiji, los barcos los engañan y ala, los conducen pal matadero. Ellos os dirán que la forma de acabar con los delfincitos es de un sólo golpe, sin sufrimiento (quién vea el documental que lo compruebe), que es una actividad tradicional (que bonito suena), y que así hay más pesca para el ser humano.

El tema emocionante, es cómo una panda de americanos defensores de la justicia, van a desenmascarar lo que ocurre en ese pueblo y enseñárselo al mundo. La verdad es que los yankis se lo saben montar y currar, pero con una visión alejada de su mundo, puede parecer hasta excesivo. No obstante logran no aburrirte y engancharte a su causa durante todo el documental, con un tema principal sabiamente escogido.

Para acabar, comentar un poco sobre el protagonista del documental, el 'creador' de Flipper, sí, al parecer este hombre arrepentido por lo que hizo, la serie Flipper, amaestrar delfines, provocando el suicidio de uno de los Flipper en cuestión, se conjuró para salvar todos los delfines que pudiera, por todo el mundo y a cualquier precio. Es curiosa su historia, quizá se cree demasiado el centro del universo del tema de adiestramento de delfines y demás cetáceos y su posterior explotación comercial, al fin y al cabo si no hubiera sido él habría sido otro, tarde o temprano, por lo que tampoco hay que exagerar como lo hace.

Sin más, os recomiendo ver el documental y sorprenderos un poco. Después vosotros mismo opinad.



Ah, se me olvidaba, y para provocar un poco de envidia, si viajastéis a Tokyo alguna vez, está bien para recordar el mercado de pescado, sus calles y ambiente, son pocos minutos de vídeo, pero casi recién llegado de tierras orientales, da gusto volver a ver calles y cosas de un viaje así.

Tras unos cuantos meses desaparecido y con unos merecidos días de descanso s traigo una de las canciones que llevo escuchando año tras año, party tras party (eso si, subtitulada en ingles)



Buenos días y buenas tetas (ups)